Lucifer
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Para otros usos de este término véase Lucifer (desambiguación).
El Ángel Caído (1877, Parque del Retiro, Madrid), obra de Bellver inspirada en El paraíso perdido de Milton.Lucifer es un arquetipo que proviene de la mitología romana y cristiana.
El término proviene del latín lux (‘luz’) + fero (‘llevar’) ‘portador de luz’) En la mitología romana, Lucifer es el equivalente griego de Fósforo o Eósforo (Έωσφόρος) ‘el portador de la Aurora’ proviene de la antigua dama oscura Luciferina.
Este concepto se mantuvo en la antigua astrología romana en la noción de la stella matutina (el lucero del alba) contrapuesto a la stella vespertina o el véspere (el lucero de la tarde o véspero), nombres éstos que remitían al planeta Venus, que según la época del año se puede ver cerca del horizonte antes del amanecer o después del atardecer.
No obstante, además del sentido grecolatino del término, Lucifer ya era identificado por la tradición veterotestamentaria con una estrella caída y, por añadidura, con un ángel. Un texto del profeta Isaías (Is 14.12-14) que aparentemente habla de un rey no creyente en el dios hebreo Yahveh, podría estar contando el antiguo mito del ángel caído.
"¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón; 'Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión en el extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré como el Altísimo."
Otro texto del profeta Ezequiel (Ez 28.12-19) podría también explicar esa leyenda.
"Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre."
Según mitos hebreos no bíblicos (es decir, que no pertenecen al corpus de la Biblia propiamente dicha) Lucifer o Luzbel era un querubín que por soberbia se rebeló contra Dios y fue expulsado del cielo por el Arcángel Miguel como castigo.
A pesar de que el judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas, el cristianismo fundió ambos conceptos para identificarlos, sin más, con el Diablo (Apocalipsis 12.9).
Por lo demás, Lucifer forma parte también del panteón de deidades vuduístas, hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de este culto.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Extracto de un antiguo manual de Demonología titulado "Tratado completo de la verdadera magia".
"Se encontrarán en el infierno, también conocido como Sheol o Hades, y allí tendrán su morada. Y en aquel lugar dividido como un gran reino o monarquía, estarán por siempre juntos. Allí hay príncipes, duques, marqueses, condes y ministros... y a las órdenes de estas entidades, las hordas de demonios, perversos y malvados, ejercerán sus infernales dotes para perder a la humanidad..."En dicho manual o "grimorio" se encuentra también la siguiente escala jerárquica:Principales Espíritus del Reino Infernal Lucifer, Luzbel o Satanás (emperador del infierno, padre de la mentira).Belcebú o Belzebul (príncipe de los demonios).Astaroth (gran duque).Baal (señor de las moscas).Espíritus Superiores:Lucifugo SatanachiaAgliarethEleurettiSargatanasNebirosEspíritus Subordinados:MiriónBeliatAnagatonEspíritus del Mal:Bael Agare Marbas Prusias ArimonBarbatosBuerGusatánBotisBatínPursanAbigarLorayBalefarForanAyperosNuberusGlasyabolasSeres abominables:BelialLeviatánBehemotDragón SerpienteCancerberoMinotauroMedusaCaronteDiteKraken
"Cabe preguntarse -reflexiona Nox- si no habría que agregar aquí a ciertos engendros, vestiglos o endriagos que reinan sobre la tierra y que acaso pertenezcan a los clanes de los Bushes, los Saddames, los Benladensis o los Tonyblaires: seres aborrecidos, aliados de la infamia, que con la ayuda de otros tantos diablos de diferentes jerarquías o grados se encargan de hacer del mundo (y del corazón del hombre) un sitio más siniestro y execrable que el mismísimo infierno".
"Se encontrarán en el infierno, también conocido como Sheol o Hades, y allí tendrán su morada. Y en aquel lugar dividido como un gran reino o monarquía, estarán por siempre juntos. Allí hay príncipes, duques, marqueses, condes y ministros... y a las órdenes de estas entidades, las hordas de demonios, perversos y malvados, ejercerán sus infernales dotes para perder a la humanidad..."En dicho manual o "grimorio" se encuentra también la siguiente escala jerárquica:Principales Espíritus del Reino Infernal Lucifer, Luzbel o Satanás (emperador del infierno, padre de la mentira).Belcebú o Belzebul (príncipe de los demonios).Astaroth (gran duque).Baal (señor de las moscas).Espíritus Superiores:Lucifugo SatanachiaAgliarethEleurettiSargatanasNebirosEspíritus Subordinados:MiriónBeliatAnagatonEspíritus del Mal:Bael Agare Marbas Prusias ArimonBarbatosBuerGusatánBotisBatínPursanAbigarLorayBalefarForanAyperosNuberusGlasyabolasSeres abominables:BelialLeviatánBehemotDragón SerpienteCancerberoMinotauroMedusaCaronteDiteKraken
"Cabe preguntarse -reflexiona Nox- si no habría que agregar aquí a ciertos engendros, vestiglos o endriagos que reinan sobre la tierra y que acaso pertenezcan a los clanes de los Bushes, los Saddames, los Benladensis o los Tonyblaires: seres aborrecidos, aliados de la infamia, que con la ayuda de otros tantos diablos de diferentes jerarquías o grados se encargan de hacer del mundo (y del corazón del hombre) un sitio más siniestro y execrable que el mismísimo infierno".
VALORES DEL SATANISMO
por Ashmeday Ben-Shakhar
Cuando se escucha la palabra "satanismo", la mayoría de la gente se suele imaginar una religión que adora a un dios del mal, lo cual es completamente falso, ya que un satanista auténtico sólo se "adora" a él mismo! No creemos en ningún dios sobrenatural, sea este bueno o malo. Por lo tanto se puede considerar al satanismo como una filosofía atea. Los principios del satanismo pueden resumirse en los siguientes puntos: 1.-"satan", para nosotros, no es un dios ni tampoco un ser pensante, sino simplemente una imagen simbólica de la fuerza que controla y mantiene el equilibrio de todo el universo. Vivir como satanista quiere decir entonces, vivir según las reglas de la naturaleza, buscando satisfacción material, emocional e intelectual. 2.-disfrutar la vida lo más intensamente posible, pero de una manera responsable.es decir, sin olvidar las lecciones del pasado y sin dejar de considerar las consecuencias de nuestros actos. 3.-desarrollar al máximo las habilidades personales. 4.-tratar a las demás personas de la misma manera que ellas lo tratan a uno. En otras palabras, ser bondadoso con los que nos ayudan, pero implacable con nuestros enemigos. 5.-toda persona debe aceptar las consecuencias de sus acciones. Sólo se debe ayudar a los que realmente lo merezcan. Los parasitos sociales deben ser abandonados a su propia suerte y los criminales deben ser castigados con la misma severidad con la que perjudicaron a sus victimas. 6.-respetar a los animales y matarlos sólo en casos de defensa propia o para usarlos como alimento. 7.-no hay nada sobrenatural. El universo entero consta solamente de materia y energía, pero existen fenómenos y tipos de energía que la ciencia moderna no ha podido aún explicar y que forman el fundamento de la auténtica magia satánica. 8.-al ser el satanismo una filosofía extremadamente individualista, se deduce que un satanista debe juzgar a otras personas sólo en base a sus virtudes y defectos de carácter personales, pero nunca en base a su raza, nacionalidad, estado de salud, sexo o la religión de sus antepasados. 9.-los satanistas respetamos las leyes de los países en que vivimos, siempre y cuando éstas no atenten contra las libertades personales, y rechazamos cualquier tipo de conducta criminal o asocial. -------------------------------------------------------------------------------- ......después de haber leído esto, muchos se preguntarán porqué nos llamamos satanistas, y no simplemente ateos o humanistas. La respuesta a esta pregunta se puede resumir por medio de los siguientes puntos: 1.- la palabra "satan" quiere decir originalmente "adversario" y el satanismo como una filosofía en la que cada individuo es su propio "dios" y "salvador", es el adversario de las demas religiones e ideologias, en las cuales el individuo debe someterse a la voluntad de un dios, de una nación o de una clase social determinada. 2.-en la teología cristiana clásica "satan" es considerado un simbolo del mundo material, de los placeres y del libre pensamiento más alla de cualquier dogma religioso, en oposición a dios, que representa el mundo espiritual (en el cual los satanistas no creemos), la negación de los placeres materiales y la sumisión de la razón. 3.-"satan" ha sido visto siempre como el "dios" de la magia, de la cual los satanistas nos valemos para intentar influenciar los acontecimientos futuros según nuestra voluntad. El creer en el poder de la magia es otro de los puntos que nos distinguen de la mayoría de los ateos. En otro artículo explicare de manera más extensa los fundamentos de la magia satánica, la cual no tiene nada que ver con pactos de sangre, sacrificios de animales o personas, abusos físicos o sexuales, o cualquier otra aberración propia de charlatanes y desquiciados que creen que el satanismo es aquello que dicen las calumnias inventadas por las iglesias cristianas en nuestra contra.
por Ashmeday Ben-Shakhar
Cuando se escucha la palabra "satanismo", la mayoría de la gente se suele imaginar una religión que adora a un dios del mal, lo cual es completamente falso, ya que un satanista auténtico sólo se "adora" a él mismo! No creemos en ningún dios sobrenatural, sea este bueno o malo. Por lo tanto se puede considerar al satanismo como una filosofía atea. Los principios del satanismo pueden resumirse en los siguientes puntos: 1.-"satan", para nosotros, no es un dios ni tampoco un ser pensante, sino simplemente una imagen simbólica de la fuerza que controla y mantiene el equilibrio de todo el universo. Vivir como satanista quiere decir entonces, vivir según las reglas de la naturaleza, buscando satisfacción material, emocional e intelectual. 2.-disfrutar la vida lo más intensamente posible, pero de una manera responsable.es decir, sin olvidar las lecciones del pasado y sin dejar de considerar las consecuencias de nuestros actos. 3.-desarrollar al máximo las habilidades personales. 4.-tratar a las demás personas de la misma manera que ellas lo tratan a uno. En otras palabras, ser bondadoso con los que nos ayudan, pero implacable con nuestros enemigos. 5.-toda persona debe aceptar las consecuencias de sus acciones. Sólo se debe ayudar a los que realmente lo merezcan. Los parasitos sociales deben ser abandonados a su propia suerte y los criminales deben ser castigados con la misma severidad con la que perjudicaron a sus victimas. 6.-respetar a los animales y matarlos sólo en casos de defensa propia o para usarlos como alimento. 7.-no hay nada sobrenatural. El universo entero consta solamente de materia y energía, pero existen fenómenos y tipos de energía que la ciencia moderna no ha podido aún explicar y que forman el fundamento de la auténtica magia satánica. 8.-al ser el satanismo una filosofía extremadamente individualista, se deduce que un satanista debe juzgar a otras personas sólo en base a sus virtudes y defectos de carácter personales, pero nunca en base a su raza, nacionalidad, estado de salud, sexo o la religión de sus antepasados. 9.-los satanistas respetamos las leyes de los países en que vivimos, siempre y cuando éstas no atenten contra las libertades personales, y rechazamos cualquier tipo de conducta criminal o asocial. -------------------------------------------------------------------------------- ......después de haber leído esto, muchos se preguntarán porqué nos llamamos satanistas, y no simplemente ateos o humanistas. La respuesta a esta pregunta se puede resumir por medio de los siguientes puntos: 1.- la palabra "satan" quiere decir originalmente "adversario" y el satanismo como una filosofía en la que cada individuo es su propio "dios" y "salvador", es el adversario de las demas religiones e ideologias, en las cuales el individuo debe someterse a la voluntad de un dios, de una nación o de una clase social determinada. 2.-en la teología cristiana clásica "satan" es considerado un simbolo del mundo material, de los placeres y del libre pensamiento más alla de cualquier dogma religioso, en oposición a dios, que representa el mundo espiritual (en el cual los satanistas no creemos), la negación de los placeres materiales y la sumisión de la razón. 3.-"satan" ha sido visto siempre como el "dios" de la magia, de la cual los satanistas nos valemos para intentar influenciar los acontecimientos futuros según nuestra voluntad. El creer en el poder de la magia es otro de los puntos que nos distinguen de la mayoría de los ateos. En otro artículo explicare de manera más extensa los fundamentos de la magia satánica, la cual no tiene nada que ver con pactos de sangre, sacrificios de animales o personas, abusos físicos o sexuales, o cualquier otra aberración propia de charlatanes y desquiciados que creen que el satanismo es aquello que dicen las calumnias inventadas por las iglesias cristianas en nuestra contra.
LAS ONCE REGLAS DEL SATANISTA
1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido. 2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro que quieran oírlos. 3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá. 4. Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad. 5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento. 6. No tomes lo que no te pertenece a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada. 7. Reconoce el poder de la magia si la has empleado exitosamente para obtener algo deseado. Si niegas el poder de la magia después de haber acudido a ella con éxito, perderás todo lo conseguido. 8. No te preocupes por algo a lo cual no necesites sujetarte tu mismo. 9. No hieras niños pequeños. 10. No mates animales no humanos a menos que seas atacado, o para alimento. 11. Cuando estés en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que pare. Si no lo hace, destrúyelo
1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido. 2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro que quieran oírlos. 3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá. 4. Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad. 5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento. 6. No tomes lo que no te pertenece a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada. 7. Reconoce el poder de la magia si la has empleado exitosamente para obtener algo deseado. Si niegas el poder de la magia después de haber acudido a ella con éxito, perderás todo lo conseguido. 8. No te preocupes por algo a lo cual no necesites sujetarte tu mismo. 9. No hieras niños pequeños. 10. No mates animales no humanos a menos que seas atacado, o para alimento. 11. Cuando estés en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que pare. Si no lo hace, destrúyelo
ALGUNOS ENGAÑOS DEL DEMONIO
El Padre de la Mentira tiene muchas maneras de deformar a los hombres. Todos vivimos la tentación y el vicio de alguna u otra forma en más de una ocasión. Pero en algunas oportunidades, permite Dios que el ataque sea más sensible, para formación espiritual de sus hijos y humillación del tentador. Aquí contamos algunos casos afortunados, y otros nefastos en la actuación de quienes pasaron por estos artilugios infernales.Queriendo explicar el Apóstol las ilusiones con que engaña el demonio a las almas mal advertidas, dice que "el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz" (2 Cor. 11, 14). Veis aquí las apariencias y las ilusiones con que el engañador hace parecer lo falso por verdadero. Y porque los ángeles del cielo, enviados por Dios para consolar o para instruir o para animar a sus siervos, y alguna vez para manifestarles también las cosas futuras, suelen venir coronados de rayos y resplandores muy debidos a su glorioso estado, también él se cubre con manto de luces y esconde con ellas su feladad, para parecer lo que no es. Y porque los ángeles expresan sus embajadas con voces claras, que ahora resuenan en los oídos del cuerpo, y ahora en lo profundo del corazón, y también él finge semejante modo de hablar y hace penetrar un semejante sonido en los oídos del cuerpo o del corazón.Recordemos que el deseo del demonio es siempre de arruinarnos. Baste decir que San Antonio vio en una ocasión a todo el mundo sembrado de lazos, los cuales no significaban otra cosa que los engaños, las astucias y fraudes que el demonio arma - en formas mas o menos explícitas - para hacernos caer y precipitarnos en el abismo de todos los males.Así tentó el enemigo de engañar al santo ermitaño Abraham, según la relación que nos hace San Efrén. Porque hallándose el Santo solitario recogido en devota oración, vio de improviso resplandecer toda su habitación con una bella luz que en mediod e la noche formaba un claro día, y oyó que le decían estas palabras: "Feliz tú, Abraham, que no tienes semejante; porque has cumplido en todo mi querer" (San Efren en "La vida de San Abraham"). Pero Abraham, como quien tenía el verdadero espíritu del Señor, entendió luego quién fuese aquel que venía a visitarlo con pompa de tanta luz, y que le daba tan feliz anuncio; y así le echó con desprecio, diciéndole: "Anda lejos de mí, espíritu falaz y engañador. Yo no soy cual tú me predicas: soy un miserable pecdor. Con todo eso tengo en mi defensa a Jesucristo, en cuyo nombre te arrojo, perro infernal".Del gran San Simón Stelita refiere Antonio, su discípulo y escritor de su vida, que un día se le apareció el demonio rodeado de hermosos resplandores, sobre una carroza de fuego, y llegado a la columna en que hacía vida celestial, apartado de todo comercio humano, le dijo: "El Señor me ha enviado del paraíso, como su mensajero, para que te arrebate al cielo, como arrebaté a Elías en otra ocasión, y en una semejante carroza lo transporté. Sube, pues, y vamos al cielo, donde los ángeles, los Apóstoles, los mártires, con María, Madre de Dios, esperan con ansia tu llegada" (Antonio en "La vida de San Simon Stelita"). ¡Cosa maravillosa! A la llegada de aquel falaz mensajero no conoció el santo hombre el engaño. Dio crédito al embuste (quizá lo permitió Dios, para hacernos a nosotros más cautos). Levantó el pie para subir sobre aquella carroza flamante. ¿Pero qué? Señalándose en aquel acto la frente y el pecho con la santa cruz, desapareció al punto el coche, los caballos y el mensajero, y se desvaneció al instante de sus ojos aquella falsa luz.Un hecho semejante refiere Paladio de San Juan, que predijo con espíritu profético una insigne victoria al Emperador Teodosio. Porque se le apareció también a él el demonio en figura hermosa, sobre un coche muy luminoso, prometiéndole trasladarlo a las estrellas si, doblando la rodilla, lo adorase. Pero Juan, guiado por la luz celestial, conoció el engaño y le respondió: Yo adoro al Rey del cielo, pero tú no lo eres (Paladio en "Alabanzas"). A esta repulsa desapareció la visión y el urdidor de la trama se alejó confuso.Otras veces se transfigura el enemigo infernal en otras formas. Para engañar a las almas recogidas con Dios, toma la figura de algún Santo o Santa, y tal vez toma el temerario la semejanza del mismo Jesucristo, por acreditar con aquella mentida apariencia la falsedad, y autenticar la mentira. En esta forma se presentó delante de San Pacomio, diciendo: Yo soy Cristo, que vengo a ti mi fiel siervo, para visitarte (Dionisio, en "La vida de San Pacomio"). Pero el Santo, no experimentando en sí aquellos efectos de paz, de quietud y serenidad que solían causarle las verdaderas visiones del Redentor, lo arrojó con indignación y aprobio, diciéndole: "Apártate de mí, diablo; que maldito eres, y maldita es tu visión". Entonces se fue el demonio, y dejando un horrible hedor, dijo: Te habría ganado con mi engaño, si no lo hubiese impedido el Redentor con su poderoso brazo: mas no por eso pierdo el ánimo; jamás dejaré de hacerte fiera guerra.Mas lo que en este particular debe llenarnos de un justo y santo temor, es el saber que el demonio, con estos sus engaños, no sólo ha alucinado los ojos de hombres santos, sino que tal vez los ha cegado totalmente. Es digno de lágrimas el caso que trae Paladio de Valente, monje de gran virtud. A éste se le comenzó a aparecer el demonio en forma de ángel muy resplandeciente, y hallando creencia en el hombre simple, volvía frecuentemente a engañarlo con estas lúcidas apariciones. De manera que el infeliz, pareciéndole ya que estaba introducido entre los coros de los ángeles, y admitido a tratar familiarmente con ellos, se elevó con soberbia, como si hubiese llegado a ser uno de ellos. Entonces el enemigo, viéndolo tan dispuesto a recibir los engaños, lo ganó del todo con otra muy fuerte ilusión. Púsole delante de los ojos una larguísima procesión de mil ángeles, todos con hachas encendidas y resplandecientes en las manos. Al fin de ella venía un personaje de más hermoso y decoroso aspecto, que representaba la persona de Cristo. A su llegada, uno de los ángeles que estaban a su lado, vuelto hacia el monje, le dijo: "Valente, Cristo te ama tanto, que ha venido a visitarte acompañado de tan noble comitiva; sal presto al encuentro, y adóralo profundamente". Salió al punto el monje de su celda y lo adoró. En aquel acto se enseñoreó tanto de él el espíritu de la soberbia, que habiendo entrado poco después en la iglesia con otros monjes, comenzó a decir a manera de un loco y desatinado: "Yo no necesito comulgar, porque hoy mismo he visto a Jesucristo con mis ojos". Los monjes, al oír proposición tan impía, quedaron escandalizados y debieron encerrarlo por un tiempo (Paladio en "Alabanzas").Ni son menos lastimosas las caídas que cuenta Casiano de monjes santos, pervertidos por el demonio con falsas revelaciones y vanas representaciones. Llora él la ruina de un viejo Erón, el cual, después de cincuenta años de vida gastada en la soledad, lejos aún del comercio y conversación de los monjes, con tanta austeridad que hacía escrúpulo de alimentarse aún el día de Pascua con una mísera escudilla de lentejas, engañado al fin por el demonio, pereció infelizmente. Porque danto crédito al ángel del infierno transformado en ángel del paraíso, se arrojó en un profundísimo pozo confiado en la palabra que le había dado el engaador, de que saldría sin lesión alguna. Y lo peor fue, que sacado por los monjes con gran trabajo, no quiso persuadirse en tres días que sobrevivió, de que aquella había sido ilusión, ni detestarla, aun experimentando en sí mismo sus funestos efectos. Y así, después de tantos años de vida penitente, murió al fin impenitente por soberbia y apego a sus propias ideas.Por esto recomiendan los directores espirituales, desde tiempos antiguos, una gran objetividad, un gran amor de Dios en descubrir la verdad y una profunda humildad tanto en quienes dirigen como en quienes viven o han vivido experiencias de apariencia sobrenatural.(Pasajes tomados de "Discernimiento de los espíritus", de Juan Bautista Scaramelli)
El Padre de la Mentira tiene muchas maneras de deformar a los hombres. Todos vivimos la tentación y el vicio de alguna u otra forma en más de una ocasión. Pero en algunas oportunidades, permite Dios que el ataque sea más sensible, para formación espiritual de sus hijos y humillación del tentador. Aquí contamos algunos casos afortunados, y otros nefastos en la actuación de quienes pasaron por estos artilugios infernales.Queriendo explicar el Apóstol las ilusiones con que engaña el demonio a las almas mal advertidas, dice que "el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz" (2 Cor. 11, 14). Veis aquí las apariencias y las ilusiones con que el engañador hace parecer lo falso por verdadero. Y porque los ángeles del cielo, enviados por Dios para consolar o para instruir o para animar a sus siervos, y alguna vez para manifestarles también las cosas futuras, suelen venir coronados de rayos y resplandores muy debidos a su glorioso estado, también él se cubre con manto de luces y esconde con ellas su feladad, para parecer lo que no es. Y porque los ángeles expresan sus embajadas con voces claras, que ahora resuenan en los oídos del cuerpo, y ahora en lo profundo del corazón, y también él finge semejante modo de hablar y hace penetrar un semejante sonido en los oídos del cuerpo o del corazón.Recordemos que el deseo del demonio es siempre de arruinarnos. Baste decir que San Antonio vio en una ocasión a todo el mundo sembrado de lazos, los cuales no significaban otra cosa que los engaños, las astucias y fraudes que el demonio arma - en formas mas o menos explícitas - para hacernos caer y precipitarnos en el abismo de todos los males.Así tentó el enemigo de engañar al santo ermitaño Abraham, según la relación que nos hace San Efrén. Porque hallándose el Santo solitario recogido en devota oración, vio de improviso resplandecer toda su habitación con una bella luz que en mediod e la noche formaba un claro día, y oyó que le decían estas palabras: "Feliz tú, Abraham, que no tienes semejante; porque has cumplido en todo mi querer" (San Efren en "La vida de San Abraham"). Pero Abraham, como quien tenía el verdadero espíritu del Señor, entendió luego quién fuese aquel que venía a visitarlo con pompa de tanta luz, y que le daba tan feliz anuncio; y así le echó con desprecio, diciéndole: "Anda lejos de mí, espíritu falaz y engañador. Yo no soy cual tú me predicas: soy un miserable pecdor. Con todo eso tengo en mi defensa a Jesucristo, en cuyo nombre te arrojo, perro infernal".Del gran San Simón Stelita refiere Antonio, su discípulo y escritor de su vida, que un día se le apareció el demonio rodeado de hermosos resplandores, sobre una carroza de fuego, y llegado a la columna en que hacía vida celestial, apartado de todo comercio humano, le dijo: "El Señor me ha enviado del paraíso, como su mensajero, para que te arrebate al cielo, como arrebaté a Elías en otra ocasión, y en una semejante carroza lo transporté. Sube, pues, y vamos al cielo, donde los ángeles, los Apóstoles, los mártires, con María, Madre de Dios, esperan con ansia tu llegada" (Antonio en "La vida de San Simon Stelita"). ¡Cosa maravillosa! A la llegada de aquel falaz mensajero no conoció el santo hombre el engaño. Dio crédito al embuste (quizá lo permitió Dios, para hacernos a nosotros más cautos). Levantó el pie para subir sobre aquella carroza flamante. ¿Pero qué? Señalándose en aquel acto la frente y el pecho con la santa cruz, desapareció al punto el coche, los caballos y el mensajero, y se desvaneció al instante de sus ojos aquella falsa luz.Un hecho semejante refiere Paladio de San Juan, que predijo con espíritu profético una insigne victoria al Emperador Teodosio. Porque se le apareció también a él el demonio en figura hermosa, sobre un coche muy luminoso, prometiéndole trasladarlo a las estrellas si, doblando la rodilla, lo adorase. Pero Juan, guiado por la luz celestial, conoció el engaño y le respondió: Yo adoro al Rey del cielo, pero tú no lo eres (Paladio en "Alabanzas"). A esta repulsa desapareció la visión y el urdidor de la trama se alejó confuso.Otras veces se transfigura el enemigo infernal en otras formas. Para engañar a las almas recogidas con Dios, toma la figura de algún Santo o Santa, y tal vez toma el temerario la semejanza del mismo Jesucristo, por acreditar con aquella mentida apariencia la falsedad, y autenticar la mentira. En esta forma se presentó delante de San Pacomio, diciendo: Yo soy Cristo, que vengo a ti mi fiel siervo, para visitarte (Dionisio, en "La vida de San Pacomio"). Pero el Santo, no experimentando en sí aquellos efectos de paz, de quietud y serenidad que solían causarle las verdaderas visiones del Redentor, lo arrojó con indignación y aprobio, diciéndole: "Apártate de mí, diablo; que maldito eres, y maldita es tu visión". Entonces se fue el demonio, y dejando un horrible hedor, dijo: Te habría ganado con mi engaño, si no lo hubiese impedido el Redentor con su poderoso brazo: mas no por eso pierdo el ánimo; jamás dejaré de hacerte fiera guerra.Mas lo que en este particular debe llenarnos de un justo y santo temor, es el saber que el demonio, con estos sus engaños, no sólo ha alucinado los ojos de hombres santos, sino que tal vez los ha cegado totalmente. Es digno de lágrimas el caso que trae Paladio de Valente, monje de gran virtud. A éste se le comenzó a aparecer el demonio en forma de ángel muy resplandeciente, y hallando creencia en el hombre simple, volvía frecuentemente a engañarlo con estas lúcidas apariciones. De manera que el infeliz, pareciéndole ya que estaba introducido entre los coros de los ángeles, y admitido a tratar familiarmente con ellos, se elevó con soberbia, como si hubiese llegado a ser uno de ellos. Entonces el enemigo, viéndolo tan dispuesto a recibir los engaños, lo ganó del todo con otra muy fuerte ilusión. Púsole delante de los ojos una larguísima procesión de mil ángeles, todos con hachas encendidas y resplandecientes en las manos. Al fin de ella venía un personaje de más hermoso y decoroso aspecto, que representaba la persona de Cristo. A su llegada, uno de los ángeles que estaban a su lado, vuelto hacia el monje, le dijo: "Valente, Cristo te ama tanto, que ha venido a visitarte acompañado de tan noble comitiva; sal presto al encuentro, y adóralo profundamente". Salió al punto el monje de su celda y lo adoró. En aquel acto se enseñoreó tanto de él el espíritu de la soberbia, que habiendo entrado poco después en la iglesia con otros monjes, comenzó a decir a manera de un loco y desatinado: "Yo no necesito comulgar, porque hoy mismo he visto a Jesucristo con mis ojos". Los monjes, al oír proposición tan impía, quedaron escandalizados y debieron encerrarlo por un tiempo (Paladio en "Alabanzas").Ni son menos lastimosas las caídas que cuenta Casiano de monjes santos, pervertidos por el demonio con falsas revelaciones y vanas representaciones. Llora él la ruina de un viejo Erón, el cual, después de cincuenta años de vida gastada en la soledad, lejos aún del comercio y conversación de los monjes, con tanta austeridad que hacía escrúpulo de alimentarse aún el día de Pascua con una mísera escudilla de lentejas, engañado al fin por el demonio, pereció infelizmente. Porque danto crédito al ángel del infierno transformado en ángel del paraíso, se arrojó en un profundísimo pozo confiado en la palabra que le había dado el engaador, de que saldría sin lesión alguna. Y lo peor fue, que sacado por los monjes con gran trabajo, no quiso persuadirse en tres días que sobrevivió, de que aquella había sido ilusión, ni detestarla, aun experimentando en sí mismo sus funestos efectos. Y así, después de tantos años de vida penitente, murió al fin impenitente por soberbia y apego a sus propias ideas.Por esto recomiendan los directores espirituales, desde tiempos antiguos, una gran objetividad, un gran amor de Dios en descubrir la verdad y una profunda humildad tanto en quienes dirigen como en quienes viven o han vivido experiencias de apariencia sobrenatural.(Pasajes tomados de "Discernimiento de los espíritus", de Juan Bautista Scaramelli)
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